Ansiedad. Todos lo tenemos de vez en cuando. Y, según la ADAA, la ansiedad es la enfermedad mental más común en Estados Unidos.
Pero, ¿cuándo es el momento de acudir a un terapeuta profesional para que nos ayude a afrontar nuestra ansiedad?
Si cree que ha estado lidiando con ansiedad durante un tiempo, aquí hay algunas señales reveladoras de que es hora de buscar ayuda.
Tu salud está sufriendo - La ansiedad y el estrés que conlleva pueden afectar negativamente a tu salud física. Si experimenta una serie de dolencias físicas, como dolores de cabeza, resfriados frecuentes, problemas para dormir y dolores musculares inesperados, la ansiedad puede ser la causa principal. Por supuesto, consulta siempre también con tu médico de atención primaria.
Tus relaciones están sufriendo – Si tiene dificultades para mantener relaciones (con familiares, amigos y su pareja), la ansiedad puede ser la culpable. Los niveles altos de ansiedad a menudo resultan en sentimientos de irritación e infelicidad al interactuar con los demás.
Tus emociones están fuera de control - Una persona ansiosa puede sentirse extremadamente emocional con regularidad. Sentir emociones es, por supuesto, algo saludable. Si tus emociones son más intensas de lo habitual y te golpean con mucha más frecuencia, los niveles de ansiedad podrían ser la causa.
Luchas en el trabajo o en la escuela. – La dificultad para concentrarse, los bajos niveles de energía y una sensación general de desinterés son signos de ansiedad en juego.
sentirse abrumado – Si los rigores de su vida cotidiana de repente le resultan abrumadores, puede ser una señal de que los mecanismos de afrontamiento de su mente están comprometidos. La ansiedad tiene una manera de hacer que lo normal se sienta como el peso del mundo.
falta de alegria – Si las cosas que te hicieron feliz toda tu vida de repente te parecen poco interesantes, si tienes una sensación constante de pavor o tensión, entonces la ansiedad puede ser la culpable.
Si uno o más de los anteriores describen lo que está pasando, considere hablar con un terapeuta profesional. Ciertamente no estás solo en tu lucha y mereces recuperar la tranquilidad y la alegría que se te escapan estos días.